Afectado por la desaceleración económica de China y la ralentización de la economía chilena, el Banco Central de Chile ha reducido su tasa de política monetaria. Desde 2014, el peso chileno se ha convertido en una de las monedas más depreciadas de los mercados emergentes. Hasta octubre, el tipo de cambio dólar-peso chileno superó los 1:600, lo que representa una depreciación de casi el 20% en comparación con el mismo periodo de 2013, y una caída del 28% respecto a mayo de 2013. El economista Alejandro Novich prevé que en los próximos meses el tipo de cambio dólar-peso chileno se mantenga entre 620 y 630, mientras que expertos financieros consideran que el mínimo se ubicará en torno a los 600.
Esta situación ha traído enormes desafíos a la comunidad empresarial china en Chile. El mayorista de ropa de Zhejiang, el señor Chen, comentó que debido a la desaceleración de la economía chilena, las ventas minoristas han disminuido drásticamente y los plazos para recuperar el dinero de las ventas se han alargado significativamente. “Algunos clientes que recogieron mercancías cuando el tipo de cambio era de 500 recién ahora están pagando. Convertido a dólares para enviar el dinero a China, el margen de ganancia, que ya era reducido, ha desaparecido, e incluso podría haber pérdidas”, expresó Chen. Además, enfrenta problemas como exceso de inventario de ropa de verano, costos crecientes para adquirir ropa de invierno y la presión de pagar en efectivo por mercancías, lo que hace incierta su operación futura.
Por su parte, el mayorista de artículos del hogar de Jiangsu, el señor Gu, señaló que el mercado mayorista de artículos del hogar en Chile es altamente competitivo, con más de 100 comerciantes. Este año, aunque el peso chileno se ha depreciado gravemente, los precios de los productos no pueden aumentar, lo que ha llevado a una situación en la que “cuanto más se vende, más se pierde”.
El minorista de Qingtian, el señor Yu, lamentó que este año el poder adquisitivo de los consumidores chilenos haya disminuido significativamente y los hábitos de consumo se hayan vuelto más cautelosos. Además, los altos costos de alquiler en las calles comerciales siguen siendo un problema, representando una cuarta parte de los ingresos mensuales. “Antes solía haber un pequeño superávit mensual, y la temporada navideña era especialmente rentable. Este año, estamos registrando pérdidas cada mes, y la situación para la Navidad es aún más incierta”, comentó Yu.
La comunidad empresarial china en Chile en general siente una creciente presión y expresa preocupación por el desarrollo futuro.