[Red Chilena de Noticias en Chino] El 13 de mayo, se promulgó y entró en vigor la nueva ley de migración en Chile. Este reglamento reemplaza la antigua ley de migración de 1975 y moderniza los procedimientos de visado, ajustándolos a las demandas actuales. Una de las reformas más destacadas es que los visados ya no serán emitidos por el Ministerio de Relaciones Exteriores, sino por el Servicio Nacional de Migraciones, bajo el Ministerio del Interior, con la supervisión de la Policía de Investigaciones (PDI).
La nueva ley, aunque eleva el umbral para las visas de inversión (requiere al menos 500 mil dólares, en línea con los estándares de países desarrollados), introduce flexibilidades significativas en otros tipos de visados. Por ejemplo, los visados de reunificación familiar ya no exigen pruebas de ingresos del anfitrión ni documentación económica para el visitante. Para las visas de trabajo, que permiten además desarrollar negocios y emprender, se eliminan requisitos como certificados de impuestos de la empresa, prueba de contratación laboral previa o credenciales académicas y profesionales del solicitante. Exceptuando la vigencia de 60 días para los certificados de antecedentes penales, la ley incorpora numerosos elementos humanitarios.
Durante más de una década, las restricciones de visado en Chile han sido un obstáculo para los emprendedores chinos que desean desarrollar negocios en el país. El costo de “compra de visados” alcanzaba hasta 20 mil dólares, lo que encarecía significativamente la llegada de trabajadores desde China y generaba disputas laborales entre empleadores y empleados chinos. En algunos casos, estas disputas llevaron a condenas por “tráfico de personas” para ciertos empresarios chinos.
Además, la percepción pública de la comunidad china en Chile se vio afectada por repetidas denuncias en medios locales. Estas incluían la falsificación de documentos, investigaciones judiciales que involucraron a cientos de ciudadanos chinos, y episodios como la suplantación de funcionarios gubernamentales chilenos para engañar a autoridades en China. Más recientemente, se han registrado casos de inmigración ilegal, con algunos migrantes incluso inventando historias para obtener refugio político y adquirir documentos de “asilo temporal” como si fueran refugiados.
La nueva ley de migración, con sus simplificaciones y enfoque humanitario, promete prevenir incidentes que dañen la imagen de la comunidad china. También abre una puerta más asequible para los emprendedores chinos y facilita a las empresas reclutar trabajadores desde China con menores costos y menos complicaciones administrativas.